martes, 8 de abril de 2014

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Instrumentos o pruebas para evaluar la Atención, Hiperactividad e Impulsividad

Test de Atención D2

El autor es Rolf Brickenkamp. De aplicación: Individual y Colectiva. El tiempo de duración estimado es de 8 minutos. Corresponde a niños mayores de 8 años, adolescentes y adultos. Se encarga de la evaluación de la atención selectiva y de la concentración.

Esta prueba ofrece una medida concisa de la velocidad de procesamiento, la atención selectiva y la concentración mental, mediante una tarea consistente en realizar una búsqueda selectiva de estímulos relevantes.


Test de caras (Test de percepcion de diferencias)

Evaluación de las aptitudes perceptivas y de atención. De aplicación colectiva. Tiene un tiempo estimado de 3 minutos. Se puede utilizar a partir de los 6 años.

Consiste en una prueba perceptiva integrada por 60 elementos gráficos, que representan dibujos esquemáticos de caras con trazos muy elementales. Evalúa las aptitudes requeridas para percibir rápidamente semejanzas y diferencias con patrones estimulantes parcialmente ordenados. El carácter simple y un poco lúdico de los elementos hace que la prueba sea muy adecuada para poblaciones de bajo nivel cultural y, en cambio, resulte demasiado elemental para niveles culturales medio-altos.


Escala de Magallanes de atención visual

Hay dos versiones, según edad: EMAV-1 para niveles de 1º a 4º de educación primaria (6, 7, 8 y 9 años) y EMAV-2 en adelante, incluido adultos. Consiste en valorar la capacidad y habilidad atencional en niños y adultos. La ejecución de la prueba tiene una duración de 6 minutos para la versión 1, y de 12 minutos para la 2; con un tiempo total, incluyendo las instrucciones, de 30 minutos en ambos casos.

Proporciona dos índices de atención: Atención Sostenida (AS) y Calidad de la Atención (CA) En aplicación individual es posible obtener, además una valoración de la Estabilidad Atencional (rendimiento a lo largo del tiempo). La aplicación individual: tiene una duración variable de 15 a 40 minutos.

Es de especial eficacia para la valoración de niños con TDA, exclusivamente en su versión de aplicación individual.

Los estudios preliminares llevados a cabo con estudiantes de Primaria y Secundaria, se ha mostrado relevante para identificar Alumnos con Dificultades para el Aprendizaje, al poner de manifiesto en un 80% de los casos que los alumnos con Fracaso Escolar o Bajo Rendimiento escolar suelen presentar déficit en Calidad Atencional.

De gran interés para evaluación neuropsicológica de las funciones atencionales: focalización, mantenimiento, codificación y estabilidad.


EDAH (Evaluación del trastorno para el déficit de Atención e Hiperactividad)

Escala para evaluar la hiperactividad, déficit de atención, impulsividad y trastornos de la conducta que influyen muy negativamente en el desarrollo escolar del niño. Aplicable a niños de entre 6 y 12 años, de manera individual, con una duración de 5 a 10 minutos aproximadamente. La finalidad del EDAH es recoger información sobre la conducta habitual del niño. Permite evaluar los rasgos principales del TDAH de una manera sencilla y objetiva.

Test de desordenes de atención e hiperactividad.

James E. Gilliam. Se aplica desde los 3 a los 23 años. Es un instrumento muy efectivo para la identificación y evaluación de desordenes de atención. Está basado en el criterio diagnóstico del DMSIV. Contiene 36 items agrupados en 3 subtests: hiperactividad, impulsividad e inatención.

Escala de Magallanes de impulsividad computarizadas. (EMIC)

Los autores son Servera, M. y Llabrés, J. Para niños de 6 a 11años. Muy eficaz para evaluar el estilo cognitivo "reflexividad-impulsividad", proporcionando dos índices, representativos de la capacidad de procesamiento analítico del sujeto ante tareas que contienen incertidumbre de respuesta; extrapolable al ámbito de las capacidades de aprendizaje en general.

TRATAMIENTOS


Los objetivos del tratamiento se centran en:

  • Reducir los síntomas del TDAH
  • Reducir los síntomas comórbidos
  • Reducir el riesgo de complicaciones
  • Educar al paciente y a su entorno sobre el trastorno
  • Adaptar el entorno a las necesidades del paciente
  • Mejorar las habilidades de abordaje de los pacientes, padres y educadores
  • Cambiar las percepciones desadaptativas


Las tres bases imprescindibles del tratamiento son:

Información exhaustiva a padres y profesores.
Tratamiento farmacológico.
Tratamiento psicopedagógico.

La acción terapéutica puede orientarse hacia una reorganización educativa y comportamental (terapia de modificación del comportamiento), complementada con la práctica de un deporte o actividades en centros recreativos para propiciar la descarga motriz del niño. En la gran mayoría de los casos será necesario el tratamiento farmacológico precedido de una suficiente psicoeducación de la familia y el profesorado.

El tratamiento farmacológico es imprescindible en 7 de cada 10 niños con TDAH, y tiene que individualizarse en cada paciente identificando la dosis mínima eficaz y bien tolerada. Aunque hay otras alternativas farmacológicas, el tratamiento habitual es mediante psicoestimulantes que mejoran la liberación de noradrenalina y dopamina. El tratamiento con anfetaminas y psicoestimulantes ha sido utilizado en el TDAH desde hace décadas, encontrándose tasas de mejoría entre los dos tercios y los cuatro quintos. La dextroanfetamina aumenta la neurotransmisión dopaminérgica y noradrenérgica incrementando la liberación de dopamina, bloqueando la recaptación presináptica e inhibiendo la actividad de la monoaminooxidasa. El metilfenidato bloquea la recaptación de dopamina y noradrenalina y tiene una actividad postsináptica agonista directa.

- El metilfenidato de liberación inmediata es el psicoestimulante más utilizado históricamente en niños con TDAH. Constituye la primera opción terapéutica combinándolo con rehabilitación cognitiva, intervención psicológica, pedagógica y familiar. El metilfenidato mejora la capacidad de atención y la hiperactividad sin objetivo, así como la motivación, la capacidad de aprendizaje y el control inhibitorio. Los efectos secundarios más frecuentes son la pérdida de apetito y el retraso en la conciliación del sueño y, en algunos casos, cefalea o gastralgia. Estos efectos secundarios suelen desaparecer reduciendo la dosis, aunque generalmente disminuyen con el tiempo.

- El metilfenidato de liberación prolongada comercializado en España desde Abril de 2004. El principio activo recubre y se encuentra en el interior de una cápsula, cuya estructura permite se liberación gradual y paulatina a lo largo de 12 horas después de su toma única matutina.

- Antidepresivos:
Atomoxetina : es un inhibidor selectivo de la recaptación de noradrenalina que actúa por inhibición del transportador noradrenérgico presináptico. Presenta una escasa afinidad por los sistemas muscarínico, colinérgico, histaminérgico, serotoninérgico y alfa 1 y 2 adrenérgico, lo cual disminuye la tasa de efectos secundarios propios de los antidepresivos clásicos. Es, probablemente, el fármaco que mejores perspectivas ofrece en cuanto a eficacia y seguridad como alternativa al metilfenidato clásico de acción inmediata. Al igual que otros antidepresivos, no consigue un efecto antiterapéutico óptimo hasta pasadas tres o cuatro semanas.
Bupropion : Es un antidepresivo con efecto agonista indirecto dopaminérgico y noradrenérgico, potencialmente eficaz en el tratamiento del TDAH. Posiblemente constituye una alternativa en el tratamiento del TDAH del adulto. Recientemente comercializado en España, pero sólo como fármaco para el tratamiento del tabaquismo, es complicada su prescripción en población infantil.
Antidepresivos triclínicos : se ha comunicado clásicamente la eficacia con el empleo de la amitriptilina, imipramina, desipramina, clorimipramina y nortriptilina. En relación al metilfenidato clásico presenta la ventaja de tener una larga vida media que permite flexibilizar las toas, disminuir su número y minimizar el riesgo de abuso. Por otra parte, tiene efectos beneficiosos en la ansiedad y depresión frecuentemente comórbidas pero han sido superados por los fármacos actualmente utilizados.

El tratamiento global siempre debe contemplar la psicoeducación con los padres, la familia, los profesores y el ámbito escolar: la información sobre la naturaleza del trastorno, su clínica y evolución, las alternativas terapéuticas y el manejo concreto de situaciones debe constituir siempre el primer paso por parte del especialista.

¿Cómo se diagnostica el Trastorno por Déficit de Atención (TDA)?



El diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención (TDA), se hace por historia clínica, es decir, por el análisis de los fenómenos psicológicos del niño, y por el resultado que dan diversos cuestionarios. Además, para saber que un niño o niña tiene TDA, debemos estar seguros que hay ausencia de otras enfermedades que pueden imitar a esta condición, por ello es necesario que sean vistos por un médico, quien los evaluará de manera integral.
Además se debe distinguir entre los niños con TDA, de los niños sanos, a quienes los maestros, o padres, han marcado el comportamiento, como “anormal”.


¿Que son los cuestionarios para diagnosticar el TDA?


Son una serie de preguntas que dan un resultado numérico. Por ejemplo, se pregunta:

¿ Tiene dificultades en mantener la atención en las tareas y en los juegos?
Y se responde con una de las siguientes opciones:
(0)Nunca
(1)Algunas veces
(2)Muchas veces
(3)Casi siempre

Al final se suman los resultados de varias preguntas y entonces se sabe si el niño tiene o no TDA. Para el médico neurólogo, pediatra, psiquiatra, psicólogo y profesionales de ramas afines existen diversos cuestionarios especiales, para diagnosticar el trastorno por déficit de atención, que en muchas ocasiones son llenados por los padres o maestros.

EL DIAGNÓSTICO POR PARTE DEL PSICÓLOGO El binomio médico/psicólogo, es inseparable si se pretende diagnosticar y tratar adecuadamente, al niño o niña con TDA.

El diagnostico por el psicólogo debe incluir:

1. Una entrevista completa con los adultos, que están encargados del niño.
2. Una evaluación de las funciones cognitivas.
3. Una evaluación general del estado médico y neurológico del niño.
4. Una evaluación de las habilidades y logros académicos del niño.
5. El uso de escalas dirigidas al TDA, para padres y maestros.
6. Los reportes escolares.

La evaluación del Médico

Esta incluye la evaluación del estado neurológico y/o psiquiátrico del niño o niña. En algunos casos se debe descartar que existan otras enfermedades que puedan imitar o causar un estado tipo TDA, como son el hipotiroidismo, o la intoxicación por plomo. Por esto, se deben pedir de rutina exámenes de laboratorio como la biometría hemática, pruebas de función hepática, pruebas de función tiroidea, y nivel de plomo en sangre.

Es muy útil contar con un electroencefalograma bien realizado, y en casos especiales exámenes de imagen como es la resonancia nuclear magnética de la cabeza.

El diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención, requiere del apoyo de los padres del paciente. Es una tarea ardua en la que tu disponibilidad es de gran importancia.


¿Que debemos descartar antes de Diagnosticar un TDAH?

Diagnóstico del TDAH - Dra. Mardomingo



TIPOS DE TDAH

No todas los individuos que padecen este trastorno tienen exactamente las mismas manifestaciones sintomáticas. Existen 3 subgrupos de TDAH claramente diferenciados: 
  1. TDAH de tipo inatento. Estos pacientes presentan su sintomatología centrada en la esfera de las dificultades de atención y concentración
  2. TDAH de tipo hiperactivo/impulsivo . Estos pacientes presentan su sintomatología centrada en la hiperactividad motora
  3. TDAH de tipo combinado . Estos pacientes presentan ambos tipos de síntomas
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Por tanto, no todos los niños con TDAH son hiperactivos. Los niños TDAH de tipo inatento no tienen problemas de hiperactividad o impulsividad, solo presentan los síntomas de inatención: cometen errores por no prestar atención a los detalles, no mantienen la atención en tareas largas, parece que no escuchen, tienen dificultad para completar órdenes complejas, evitan las acciones que requieren esfuerzo mental y se distraen con facilidad.

Síntomas de falta de atención


  • Constantemente quien padece este trastorno, no presta atención a los detalles o comete errores por descuido en su trabajo escolar u otras actividades.
  • Tiene dificultades para mantener su atención en actividades o juegos.
  • Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla.
  • No sigue instrucciones de principio a fin o las deja de lado, sin terminar su trabajo escolar, tareas en casa, o trabajo (sin que esta actitud se deba a que no comprenda las ordenes o por ser oposicionista).
  • Muchas veces tiene dificultades para organizar sus trabajos o actividades.
  • Evita o le desagrada empezar actividades que requieren de un sostenido esfuerzo mental.
  • Pierde frecuentemente las cosas que necesita para realizar sus actividades.
  • Se distrae constantemente frente a estímulos ajenos a su tarea.
  • La persona es muy olvidadiza en sus actividades diarias.